Según informan los diarios TRIBUNA DE VALLADOLID y EL DIA DE VALLADOLID en sus respectivas ediciones, la Imagen de San Juan procedente de la catedral, y que procesionará este año por primera vez con la cofradía del Discípulo Amado, se está restaurando en la escuela de arte y conservación de bienes culturales.
La escultura de San Juan Evangelista, perteneciente a la Catedral Metropolitana, es una obra barroca anónima que podría fecharse en el primer cuarto del siglo XVIII, y próxima a Pedro de Ávila, continuador del estilo barroco castellano del siglo XVII.
Representa al apóstol San Juan en una de sus poses clásicas; elevando la mirada y sosteniendo un cáliz. Se talló en madera de pino sin ahuecar y tiene ojos postizos de tapilla vítrea para dar mayor realismo al rostro. Está policromada con túnica azul verdoso y manto rojo, ambas partes decoradas con orillos.
Las labores de restauración, que cuentan con la aprobación de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural y se desarrollan dentro de la asignatura práctica de Restauración de Materiales Orgánicos, consisten fundamentalmente en la limpieza de policromías, la reintegración volumétrica de dos dedos y la reintegración cromática de zonas puntuales, siguiendo los criterios de mínima intervención y discernibilidad adaptados a las peculiaridades de una imagen de culto.
El profesor que dirige la intervención, Andrés Álvarez Vicente, explica en este sentido que la imagen responde a características muy peculiares: desde su autoría hasta su conservación, pasando por el estilo de sus diferentes partes. Por lo pronto el restaurador destaca que esta imagen de cuerpo completamente modelado, es decir, tallada en su integridad, se cinceló para un retablo y no para procesionar, lo que se deduce de que no está vaciado su interior o, lo que es lo mismo, que es de madera maciza con un peso total que alcanza los 130 kilos. Se da la circunstancia, en lo que significa el dato más llamativo, que Álvarez Vicente cree que podría tratarse de una escultura de reaprovechamientos dado que la vincula al derrumbe de la torre de la Catedral en 1841, porque justamente la capilla inferior es donde recibe culto esta talla, «y las características de cabeza, cuerpo, pies y manos llevan a pensar que estos elementos pudieran pertenecer a tallas distintas» hasta el punto de que, como precisa el restaurador, «la cabeza del ‘San Juan’ es de una calidad mucho mejor que el resto del cuerpo».
El Delegado Territorial Pablo Trillo junto a los alumnos de la escuela.
Aspecto de la Imagen antes y durante su restauración (Fotos: EL DIA DE VALLADOLID)