No hubo que plegar pendonetas ni banderas, no hubo que subirse a los pasos a tapar imágenes, no hubo que encender los hachones una y otra vez, no hubo que estar pendiente del móvil para mirar el tiempo, ni el radar de la AEMET, ni ver que decían los Twitters cofrades, este año por fin la climatología quiso que los cofrades pudiéramos salir a la calle con nuestras imágenes, tras tres años nefastos en las que hubo que suspender la mayoría de los desfiles procesionales
Desde 2004, en que no se tuvo que suspender ningún acto, en Valladolid no se celebraba una Semana Santa tan completa y mucho menos con unas temperaturas que animaban a salir a la calle durante los 10 días.
Salvo un pequeño chubasco el sábado santo que hizo que el traslado del yacente de Santa Ana se tuviera que realizar por el interior, se pudieron celebrar con todo su esplendor el resto de actos y procesiones previstos.
Los termómetros a primeras horas de la tarde rondaban los 25 º, la estampa poco habitual de espectadores en las aceras comiendo helados, y bien entrada la madrugada con temperaturas próximas a los 20º. Las calles abarrotadas de gente, y no solo el Jueves y Viernes Santo, desde el Viernes de Dolores se demostró que Valladolid es una Ciudad volcada con su Semana Santa.
Aparte de otros factores que este año influyeron positivamente en este éxito de cofrades y público, ya que POR FIN, los niños tenian las vacaciones de Semana Santa, en Semana Santa y este hecho se vio reflejado en la calle, ya que eran miles de niños los que aparte de participar en las procesiones, se agolpaban en las aceras para presenciarlas. Niños lógicamente acompañados de sus padres que tambien pudieron disfrutar. Esperemos que las autoridades se den cuenta que una Semana Santa de Interés Turístico Internacional que aspira a ser Patrimonio de la Humanidad necesita que los mas jóvenes puedan participar de la misma, ya que, no es que sean el futuro de la Semana Santa, sino que son el presente, y es que los niños participan muy activamente de la vida de las cofradías.
Los hoteles al 100%, los bares y restaurantes repletos hasta altas horas. Un Valladolid lleno de turistas plano en mano (o app en movil) que iban de iglesia en iglesia, de procesión en procesión. No hay ningún evento en la ciudad que durante 10 días consecutivos mueva mas gente, ni siquiera las Fiestas de Valladolid.
A pesar de todo, el respeto (salvo alguna aislada excepción) ha sido máximo, el silencio que se creaba cada vez que se acercaba una hermandad, este año aún mas silencio, silencio del de verdad, silencio desde el tumulto, no desde la ausencia.
Los medios de comunicación dedicando páginas a nuestra Semana Santa, los periódicos locales con una alta implicación (cosa que desde este portal reclamábamos hace unos años) las televisiones, tanto locales y nacionales, se hacían eco de todo lo que aquí acontecía. Hasta se rompió ese “mito” de que cuando televisan una procesión el riesgo de lluvia aumenta, pues bien este año se televisaban dos y a cual con mas esplendor.
El viernes santo la Junta de Cofradías comunicaba que las localidades para ver la procesión general, se habían agotado, algo histórico, y que las cada vez mas mermadas arcas de las cofradías agradecerán.
En fin una Semana Santa 2014 que jamás olvidaremos, y que seguro nos animará a cofrades, cofradías, y demás colectivos implicados a trabajar para que la del 2015 sea aún mejor.