Iglesia conventual del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana.
Valladolid, jueves 25 de noviembre de
Se cumple en este año de 2010 el 75 aniversario de dos circunstancias de honda repercusión para
La cofradía del Santo Entierro de Valladolid se creó en 1930 por iniciativa del arzobispo Gandásegui para alumbrar el espléndido grupo procesional de El Entierro de Cristo, depositado en aquel entonces en el Museo de Santa Cruz, aunque por accidentados avatares sólo fue procesionado en
Para conmemorar ambos acontecimientos, además de otros actos de carácter interno, en Cabildo General Ordinario la cofradía acordó acometer la tarea de editar un libro en el que se recogiera su historia, la del propio monasterio que le sirve de sede y la de la comunidad de religiosas que le habita, así como un estudio de las dos imágenes que desde su fundación han sido alumbradas por los cofrades, el grupo de El Entierro de Juni y el conocido como “cristo yacente de Santa Ana”.
La cofradía y la comunidad de religiosas agradecen la deferencia que D. Teófanes Egido López, Cronista Oficial de
La autoría del libro corresponde a dos cofrades e historiadores de generaciones distintas que con ilusión y paciencia han indagado en muy diversas fuentes para acometer la tarea de la forma más documentada posible.
Fernando Martín Pérez desgrana la historia de los ochenta años de vida de la cofradía, sus orígenes, las relaciones con la comunidad de religiosas, las diversas carrozas que han portado la imagen del Cristo yacente, la evolución de sus cultos y procesiones, todo lo cual no es más que una forma de analizar la evolución de la religiosidad popular de las que las cofradías forman parte.
Andrés Álvarez Vicente realiza un detallado y documentado estudio histórico de la creación del Monasterio en la localidad palentina de Perales, su traslado a Valladolid, la construcción -bajo el patronazgo real- del actual Monasterio, la repercusión de la desamortización en la vida monacal. Analiza también de forma muy pormenorizada la riqueza patrimonial del Monasterio, tanto la que se puede admirar en el Museo como en la depositada en la zona de clausura, deteniéndose especialmente en las obras de Goya, de Bayeu,