Conservar y restaurar el patrimonio, incidiendo en aspectos relacionados con la conservación, protección, difusión y gestión del Patrimonio Cultural de la Semana Santa. Estas son las propuestas de la Carta del Patrimonio Cultural de la Semana Santa, que Valladolid ha rubricado junto con ciudades como Medina de Rioseco, Cuenca, Cartagena, Salamanca o León.
Se trata de un documento que nace para sentar las bases, para servir de orientación en aspectos fundamentales relacionados con el patrimonio de las cofradías y de las procesiones de las Semana Santa de España con la declaración de Interés Turístico Internacional.
La Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid, precisamente, ha sido la promotora de este texto, invitando a adherirse al resto de juntas locales del país, si bien uno de los redactores de la misma, el vallisoletano, historiador y restaurados de bienes culturales, Andrés Álvarez Vicente, ha remarcado que «abre la vía para la realización de proyectos conjuntos entre los firmantes».
El primer documento de estas características se firmó en la Conferencia de Atenas (1931), promovida por organismos dependientes de la Sociedad de Naciones, pero han tenido mucho más desarrollo y periodicidad desde que se creara la UNESCO. Pero en esta ocasión serán las cofradías quienes firmen como principales interesadas en velar por su patrimonio y costumbres la promuevan, contando con el aval de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
Esta firma se realizó el pasado 16 de Octubre, dentro de las V Jornadas de Restauración y Conservación del Patrimonio de Semana Santa, que organiza la Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena de Valladolid.
CARTA DEL PATRIMONIO DE SEMANA SANTA
Las Juntas y Consejos de Cofradías de... , todas ellas con la declaración de Interés Turístico Internacional, conscientes de que la Semana Santa es una celebración religiosa, social y cultural de gran importancia, acuerdan sentar estas bases sobre el Patrimonio Cultural relacionado con ellas.
Tomando como marco de referencia los documentos y cartas del ámbito internacional relativos a la Conservación y Restauración del Patrimonio, se estima conveniente matizar y concretar algunos aspectos y criterios de actuación que fomenten la conservación, protección, difusión, gestión y transmisión a generaciones futuras del Patrimonio Cultural de la Semana Santa.
La presente carta solamente pretende orientar, ya que cada entidad es competente y responsable de sus actuaciones y maneras de gestionar, conservar, organizar o incrementar su patrimonio.
Por todo ello exponemos:
1.- Que el Patrimonio de Semana Santa es muy amplio, englobando aspectos materiales e inmateriales, destacando ante todo el de ser una manifestación religiosa que se celebra para rememorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Los fines de las cofradías han ido cambiando con el tiempo, pero su imagen permanece en esencia. De ser en origen un agente eminentemente social, en la actualidad destacan especialmente sus facetas religiosa y cultural, transmitiendo hasta nuestros días tradiciones de especial arraigo. Historia y Patrimonio que para la colectividad, comparta o no nuestros principios, se transforma en una incuestionable fuente de riqueza material e inmaterial que necesita ser protegida y fomentada desde el ámbito público y privado.
2.- Los bienes materiales del Patrimonio Cultural de la Semana Santa, específicamente creados para este fin, surgen de las principales ramas artísticas creativas: arquitectura, imaginería, pintura, documento gráfico y artes decorativas, constatándose entre ellos ejemplos de gran calidad.
Queremos incidir especialmente en los aspectos relacionados con su conservación preventiva, para retardar al máximo intervenciones directas. A pesar de ello, el uso continuado y el paso del tiempo hacen necesarios ciertos tratamientos de conservación-restauración, para lo cual es importante recurrir siempre al asesoramiento y servicio de profesionales, que han de tener presentes las peculiaridades del Patrimonio Cultural de la Semana Santa a la hora de adaptar criterios de actuación. Su unidad potencial debe ser absoluta, sin renunciar por ello a la reversibilidad de tratamientos y materiales, junto al completo y detallado estudio que justifique y documente los procedimientos empleados.
Respecto a los bienes de nueva factura que incrementen el Patrimonio Cultural de la Semana Santa, conviene que los artífices velen por la elección de las técnicas y materiales apropiados, persiguiendo la mayor perdurabilidad y mejor conservación desde el momento de su creación, ya que se viene constatando que por lo general se degradan con mayor rapidez que los realizados en el pasado.
3.- El patrimonio intangible, inseparable de los aspectos materiales, debe gozar del mismo grado de protección y conservación que los bienes culturales materiales y cuidarse con todo detalle.
Procesiones, rituales, el ambiente creado en las iglesias antes de procesionar, el acompañamiento musical, etc... son parte indisoluble de su Patrimonio Cultural y uno de los atractivos de la Semana Santa, por ello es necesario tratarlos con toda dignidad y tener presente la gran cantidad de mensajes que encierran.
Como cualquier manifestación cultural viva, la Semana Santa evoluciona. Por ello hay que ser conscientes de que las modificaciones deben tener su lógica y buscar en la historia, en la tradición, y en el consenso de los cofrades su justificación para que su esencia no se desvirtúe.
4.- Las particularidades regionales son uno de los grandes atractivos de nuestra Semana Santa. Por ello han de respetarse, debiendo predominar la idea de unidad basada en nuestros intereses comunes con independencia de nuestra idiosincrasia.
5.- Ya que nuestras actuaciones parten del respeto hacia los demás es exigible esa misma actitud para con nosotros, entendiendo que todo aquel que no comparta nuestros ideales y fe puede comprender nuestra importancia histórica y cultural sin menoscabo de sus ideas y derechos.
Solicitamos igualmente a las autoridades locales que a la hora de planificar las obras públicas tengan en cuenta que los accesos y los entornos son muy importantes en los actos que tienen lugar en la calle, incluidas las procesiones. Su inapropiado acondicionamiento o proyección pueden perjudicarlos en gran medida, por lo que no está de más que se alcancen soluciones satisfactorias para todos los ámbitos.
6. Se considera fundamental propiciar una formación adecuada a las necesidades de conservación del Patrimonio de Semana Santa en el seno de las propias cofradías, para que sus integrantes se encarguen adecuadamente del mantenimiento, manipulación y exposición de dicho patrimonio, con independencia de la ayuda que puedan brindar otros organismos públicos o privados.
7.- La educación social y la difusión son esenciales, ya que como se ha reconocido desde antiguo la mejor garantía de conservación de nuestros bienes y tradiciones viene del afecto y del respeto de la sociedad, lo que puede favorecerse con la acción apropiada de las instituciones públicas, para entre todos asegurar la conservación y divulgación del Patrimonio Cultural de la Semana Santa.
8.- La gestión del patrimonio documental precisa especial atención, pues los archivos constituyen la memoria viva de las cofradías y hermandades. Por ello es importante concienciar a sus miembros de que los documentos que se generan en ellas son de la propiedad exclusiva de éstas. Se recomienda que lo que sea necesario archivar se ordene adecuadamente, se inventaríe si es preciso y se aprovechen los modernos sistemas y medios tecnológicos, como la digitalización, para favorecer su estudio y preservación.
9.- La presentes carta, promovida por Juntas y Consejos de Cofradías con la declaración de Interés Turístico Internacional, abre la vía para la realización de proyectos conjuntos donde se pueda ir aglutinando a su vez al resto de Juntas Locales con un único objetivo, el fomento de nuestra Semana Santa y lo que representa.
Valladolid, 16 de octubre de 2010