El nuevo prelado de Valladolid, el abulense Ricardo Blázquez, de 68 años, tomó posesión hoy de la sede de esta archidiócesis en una solemne ceremonia litúrgica en la que comprometió su "lealtad" a las autoridades para contribuir al bien común de la sociedad .
El prelado de la Iglesia Católica, cuyo último destino fue la diócesis de Bilbao, invitó en su homilía en la Catedral vallisoletana a trazar "entre todos" un programa pastoral basado en el Evangelio y la Tradición.
En el herreriano templo metropolitano, lleno de fieles, el nuevo arzobispo, con mitra y báculo, llegó a su cátedra metropolitana, tomó asiento en ella para "enseñar y santificar" y recibió la adhesión de la Iglesia local, tras las palabras de bienvenida del nuncio apostólico, Renzo Fratini.
Seguidamente, concelebró con cincuenta obispos y la asistencia de dos centenares de presbíteros y diáconos, dedicando las primeras palabras del comienzo de su ministerio episcopal en Valladolid al Papa Benedicto XVI.
"Le muestro mi agradecimiento y apoyo por las decisiones tan valientes, humildes y luminosas que ha tomado en cuestiones muy delicadas", dijo el mitrado refiriéndose al Pontífice romano.
Un "particular afecto" dedicó a los fieles de Bilbao presentes en la catedral vallisoletana con algunas autoridades vascas, al destacar que "ocuparán siempre un puesto de privilegio" en su corazón.
A las autoridades locales, provinciales y autonómicas les ofreció su "lealtad" para "colaborar como obispo en todo lo que se refiera al bien común de la sociedad y al bienestar social, cultural y espiritual de nuestro pueblo".
Dirigiéndose a los jóvenes, el nuevo arzobispo alzó su voz para decirles que confía en ellos y respeta su "responsabilidad para tomar las riendas de la vida".
El prelado, que es también vicepresidente de la Conferencia Episcopal, y sustituye en Valladolid a Braulio Rodríguez, actual primado de España, en Toledo, invitó a los jóvenes a participar el año próximo en Madrid a la Jornada Mundial de la Juventud convocada por el Papa.
Al escritor y académico Miguel Delibes, recientemente desaparecido, le dedicó la última parte de su intervención diciendo de él que "devolvió al pueblo las palabras y expresiones que de él había recibido", y afirmó que "fue un testigo sobrio y sin doblez de la fe cristiana recibida en su familia".
Ricardo Blázquez terminó sus palabras recordando que mañana la ciudad de Valladolid acogerá la beatificación del jesuita Bernardo Francisco de Hoyos (1711-1735), llamado "el primer apóstol del Sagrado Corazón de Jesús en España".