por Crucito » Lun Dic 16, 2024 2:28 pm
Creo que Valladolid ha dado muestras suficientes de poder organizar con brillantez grandes manifestaciones religiosas, ahí están las procesiones de las coronaciones de Angustias y Vera Cruz para corroborarlo.
Por otra parte, en Valladolid ya celebramos todos los años una procesión Magna, llamada en este caso Procesión General de la Sagrada Pasión, procesión que, dicho sea de paso, no cuidamos como se merece. Cuestión bien distinta es que se quiera celebrar alguna con carácter muy especial.
Tenemos un gran potencial, una imaginería única en el mundo, de nosotros depende dar pasos en la mejora de esa “puesta en escena” procesional, sin olvidar que lo que celebremos en la calle será espejo de la vida interna de nuestras cofradías. No es tarea fácil. Con menos recursos, con unas administraciones públicas alejadas a veces de la vida cofradiera y con unos conciudadanos que no aprecian lo que tienen de valor en su ciudad -aquí si existe una enorme diferencia con el sur- tenemos que ser capaces de resolver esos problemas que nos acucian.
Pongamos encima de la mesa nuestro programa procesional, y trabajemos en unidad por mejorarle sin más límites que el interés general y la promoción y defensa de nuestra idiosincrasia. Es el primer paso para la recuperación de Valladolid para su Semana Santa.
Creo que Valladolid ha dado muestras suficientes de poder organizar con brillantez grandes manifestaciones religiosas, ahí están las procesiones de las coronaciones de Angustias y Vera Cruz para corroborarlo.
Por otra parte, en Valladolid ya celebramos todos los años una procesión Magna, llamada en este caso Procesión General de la Sagrada Pasión, procesión que, dicho sea de paso, no cuidamos como se merece. Cuestión bien distinta es que se quiera celebrar alguna con carácter muy especial.
Tenemos un gran potencial, una imaginería única en el mundo, de nosotros depende dar pasos en la mejora de esa “puesta en escena” procesional, sin olvidar que lo que celebremos en la calle será espejo de la vida interna de nuestras cofradías. No es tarea fácil. Con menos recursos, con unas administraciones públicas alejadas a veces de la vida cofradiera y con unos conciudadanos que no aprecian lo que tienen de valor en su ciudad -aquí si existe una enorme diferencia con el sur- tenemos que ser capaces de resolver esos problemas que nos acucian.
Pongamos encima de la mesa nuestro programa procesional, y trabajemos en unidad por mejorarle sin más límites que el interés general y la promoción y defensa de nuestra idiosincrasia. Es el primer paso para la recuperación de Valladolid para su Semana Santa.